
Un alce macho que come hojas con indiferencia de pronto carga contra un excursionista que se esconde detrás de un árbol. Por fortuna, el animal golpea el árbol y no a la persona.
La oficina de Colorado Parks and Wildlife (CPW) publicó un vídeo del incidente en Twitter el 8 de agosto, para advertir a los visitantes sobre los peligros de acercarse demasiado a los alces.
El vídeo fue tomado en el condado de Clear Creek.
“El individuo, por casualidad, se encontró con el alce macho que caminaba cerca de un sauce en dirección a un lago”, dijo la CPW. “Afortunadamente no hubo heridos. La persona logró esconderse detrás de un árbol y el alce golpeó el árbol”.
“Este vídeo es un ejemplo de lo que sucede al estar demasiado cerca de un alce macho y de lo rápido que pueden decidir cargar contra ti”.
Colorado tiene una gran población de alces, “en la zona de artemisa, en lo alto de las montañas por encima del límite forestal, así como en los hábitats más tradicionales de sauces, álamos, pinos y estanques de castores”, según la CPW.
La población de alces del estado en este momento asciende a alrededor de 3 mil animales. Los adultos pueden pesar de 360 a 540 kilos. Los machos pueden medir hasta 1.8 metros a la altura del hombro.
La CPW advierte a los visitantes que los alces protegen su territorio y a sus crías. Desde 2013, ha recibido informes de al menos 15 ataques de este animal, que resultaron en lesiones de leves a graves a los visitantes. Salvo en dos casos, los perros de compañía provocaron el ataque.
“Los alces reaccionan a todos los perros como lo harían con un lobo, uno de sus principales depredadores, al cual intentan aplastar con sus pezuñas. … Los funcionarios de la CPW recomiendan mantener a los perros atados y bajo control cuando uno visita los bosques, o considerar dejar al perro en casa”, dice el sitio web.
Los alces tienen pocos enemigos naturales, dice el sitio de la CPW, “y, como resultado, no temen a los humanos tanto como la mayoría de las especies de caza mayor. Los alces toleran a los humanos durante más tiempo y a distancias más cortas. Estas bestias formidables necesitan su espacio. Uno debe asegurar su dominio y respetarles cuando se les observa en la naturaleza”.
Un alce muestra signos de agresión cuando apunta sus orejas hacia atrás, se le erizan los pelos del cuello o lame su hocico. “Si un alce muestra un comportamiento agresivo o comienza a cargar, corra lo más rápido que pueda e intente [colocarse de manera] que haya un objeto grande entre ustedes, como una roca, un automóvil o un árbol”, aconseja la CPW.
“Las huellas de los alces son muy grandes y suelen mostrar espolones en la nieve o el barro. Los sonidos que emiten se limitan a gruñidos. Los machos son los más ruidosos durante la temporada de apareamiento”.
La oficina de atención de la vida silvestre dice que los alces prefieren viajar en pequeños grupos familiares o permanecer aislados.
“Los alces son excelentes nadadores y se sienten como en casa cuando están en el agua. Esta puede ser un buen lugar para verlos”, dijo la CPW.
Traducción de Gabriela Alejandra Olmos; editado por Gabriela Alejandra Olmos y Melanie Slone